El equilibrio puede ser entrenado desde la juventud e incluso en la adultez, con ello podrás prevenir posibles caídas.
Todos estamos propensos a sufrir caídas (niños y mayores), pero mientras los primeros se levantan como si nada, los segundos pueden sufrir consecuencias graves. De hecho, más de 37 millones de personas en el mundo sufren cada año caídas importantes que requieren atención médica, en las que un 10 % de las veces se producen fracturas y casi un millón resultan fatales.
Las caídas se producen con mayor frecuencia en casa que en la calle, ocho de cada diez veces se deben a un tropiezo y en el 20% de ellas hay un mareo previo. Y algo más: si alguien se cae una vez, la probabilidad de volver a caerse se duplica.

Causas principales de las caídas
Compartimos cuáles son los factores de riesgo más habituales para sufrir una caída:
La edad avanzada
A partir de los 60 años, aumentan las caídas, y de forma vertiginosa con más de 79 años. Es lógico, al envejecimiento se asocian trastornos físicos, cognitivos y sensitivos, como los problemas de vista y de oído, entre otros.
Obstáculos inadvertidos
El hogar debe ir adaptándose a las condiciones físicas de quien lo habita. Igual que retiramos objetos peligrosos para que no los cojan los niños, hay que evitar los riesgos a medida que se cumplen años.
Tener problemas de movilidad
Se caen más quienes utilizan bastones o andadores y también quienes no tienen acondicionado el hogar con salvaescaleras o elevadores para subir y bajar de un piso a otro o salvar distintos niveles.
Falta de ayuda
Cuando se desee limpiar en zonas difíciles, acceder a maleteros o lavar las cortinas, conviene tomar precauciones o, mejor aún, pedir ayuda. Mucha gente se cree capaz de seguir haciendo lo mismo de siempre, pero nadie está libre de tener una caída que, a ciertas edades, puede ser muy peligrosa.

Aumentar el equilibrio con ejercicios fáciles
Cada uno según sus posibilidades y con las debidas medidas de seguridad a mano, debería practicar habitualmente ejercicios fáciles, que pueden y deben hacerse cada día y a cualquier edad. Si persistimos, se convertirán en un hábito saludable que mejorará el equilibrio y reducirá el peligro. Estos son algunos de ellos:

En el sofá
Procurar levantarse del sofá y sentarse siempre sin ayudarse de las manos y sin tirarse de golpe (lo que mejora el equilibrio y prolonga la vida del sofá).
Brazo y pierna
De pie, con una silla al lado izquierdo para apoyar una mano, levantar el brazo derecho recto hacia el techo; a continuación, elevar la pierna del mismo lado recta hacia delante unos 30 º. No cerrar los ojos y no aferrarse a la silla, tan solo apoyarse levemente en ella. Esperar así 10 segundos, repetir 5 veces y cambiar de lado.
Sentarse en una silla de brazos
Siempre, justo antes de sentarnos, con la silla o el sillón a nuestra espalda, buscar los reposabrazos del asiento con las manos y bajar lentamente con la fuerza de las piernas, no de los brazos. Levantarse igual, apoyados, pero con el impulso de las piernas. Repetir varias veces. Cuando se progrese, se puede hacer con un solo brazo y, más adelante, levantarse y sentarse con los brazos cruzados sobre el pecho, sin apoyarse con las manos.
Variaciones en el respaldo de una silla
Apoyados apenas con las manos sobre el respaldo de una silla, levantar las rodillas hacia el pecho, como si se estuviera marchando airosamente: una, otra, una, otra… Mantener el tronco recto. Las personas más capaces podrán hacer esta especie de marcha sin apoyarse en nada y con los brazos extendidos en cruz.
Otro ejercicio fabuloso es levantar cada pierna recta lateralmente varias veces, manteniendo el cuerpo derecho. Y lo mismo estirando cada pierna recta hacia atrás. Conviene hacer 10 repeticiones de cada lado y de cada ejercicio.
Practicar giros
Colocarnos de pie entre dos sillas y apoyar cada mano en cada respaldo. Con los pies separados a la anchura de las caderas y la pelvis hacia el frente, girar el tronco todo lo posible hacia un respaldo y hacia el otro. Si esto resulta fácil, hacer lo mismo a la pata coja. Repetir 10 veces a cada lado.
¡Mucha atención!
Las caídas pueden ocurrir incluso en movimientos cotidianos simples, por eso, es muy recomendable que los adultos de 65 años o más incorporen a su vida actividades destinadas a reforzar el equilibrio y la coordinación.
Lo ideal es mantenerse siempre en forma, desde jóvenes, entrenando, además del equilibrio, la fuerza y la flexibilidad, para fortalecer los músculos y las articulaciones, sin olvidar que, además de las piernas, la musculatura de la espalda y del abdomen también contribuyen a un mejor equilibrio.
